A pesar de que comas lo suficiente y a cada momento, tu hambre no cesa, siempre tienes un gran apetito que no se calma con nada.
Aquí te decimos cuales son las causas de por qué no se te quita el hambre.
Tus comidas están muy separadas entre sí
En vez de limitarte a tres comidas al día, es muy probable que necesites un pequeño refrigerio cada tres o cuatro horas, según tu programa de comidas y tu nivel de actividad.
Tienes demasiado estrés
Si tienes altos niveles de estrés esto puede provocar un aumento del hambre y un apetito muy grande.
No duermes lo suficiente
Cuando no duermes lo necesario, los niveles de leptina (los cuales provocan saciedad cuando tienes hambre) guardan mucha relación con tu tiempo de sueño, haciendo que esta se reduzca en cantidad y aumentando en su lugar la grelina, la hormona que abre el apetito. Es recomendable que descanses al menos 7 horas durante la noche.
No tomas suficiente agua
Si bebes 2 litros diarios es sinónimo de una mejor digestión y una hidratación óptima, esto impide que confundas el hambre con la sed.