Si has notado que últimamente a pesar de llevar dieta y dejar de consumir ciertos alimentos, sigues engordando, esto puede deberse a diversas razones que te mostramos a continuación.
Tienes mucho entres y ansiedad: ambos son los causantes de la llamada “hambre emocional” y hacen que quieras comer comida chatarra para calmarte. En este caso la mejor manera de sobrellevarlo es aprender a relajarse, puedes practicar algún tipo de deporte, eso puede ayudar.
- No te pones en movimiento: tan solo llevar dieta no es suficiente, lo recomendado es llevar un estilo de vida activo. Puedes caminar, montar bicicleta, subir escaletas, ir al gimnasio, entre otros.
- No haces las 5 comidas: nuestro cuerpo necesita nutrirse cada 3-5 horas. Cuando comes 5 veces al día tu cuerpo se siente saciado y evitará que tengas un hambre voraz.
- No tomas suficiente agua: tu cuerpo acumula toxinas que deben ser expulsadas por la orina, heces, piel o a través de la respiración. Tomar más agua ayuda a desintoxicarte y liberarte tu organismo.
- Duermes poco: si trasnochas tu metabolismo y tus hábitos alimenticios se ven alterados, esto estimula la conversión de calorías en grasa y el apetito.
- Comes con distracción: el momento de la comida debe ser especial, tienes que darte cuenta de lo que comes, disfrutarlo, saborearlo y percibir cada bocado. Si estás comiendo no uses el teléfono, no veas tele, no leas, es decir no hagas otra cosa.
- Comes de noche: si comes justo antes irte a dormir, tu cuerpo o tendrá tiempo de hacer la digestión correctamente, esto hará que tengas el estómago hinchado y estreñimiento.