Presta mucha atención si siempre te han dicho que comer con los codos sobre la mesa es de mala educación. Te contaremos la razón.
Algunos nos hemos planteado en algún momento si no es una exageración no permitirnos comer con los codos sobre la mesa; podemos respetar que no se mastique con la boca abierta, no limpiarse los dientes delante de otros ni hacer ruidos desagradables.
Sin embargo, colocar los codos en nuestro espacio de la mesa no debería molestar al resto de comensales, siempre y cuando procuremos no ocupar el espacio de otras personas y no golpeemos accidentalmente a la persona que tenemos al lado. Entonces, ¿cuál es el problema?
Te contamos que poner los codos sobre la mesa durante las comidas se ha considerado de mala educación desde la antigüedad. El Libro del Eclesiástico del Antiguo Testamento de la Biblia ya advierte del peligro de esta práctica, y el Manual sobre buenos modales para niños de Erasmo, publicado en 1530, igualmente lo señala como una falta de etiqueta.
El origen de esta norma de buena educación se remonta a las primeras civilizaciones, y tenía como objetivo prevenir la violencia a la hora de comer en grupo. «Los modales en la mesa evitaban que nos saliéramos de nuestro espacio e iniciáramos una pelea», explica Margaret Visser, autora del libro The Rituals of Dinner: The Origins, Evolution, Eccentricities, and Meaning of Table Manners. «La gente se asustaba cuando empezabas a tener malos modales. Se daban cuenta de que el tabú no funcionaba y no sabías qué iba a hacer esa persona a continuación».
Hoy en día, hay muchos expertos en etiqueta que ya no recomiendan seguir esta regla, y consideran que podemos poner los codos sobre la mesa siempre y cuando no molestemos a las personas que tenemos al lado.