Las cirugías plásticas realizadas por profesionales habilitados y certificados no suelen generar mayores problemas, pero hay casos en los que salen muy mal y ocasionan graves consecuencias a los pacientes. Las consecuencias más terribles las sufren quienes, sin saberlo, caen en manos de personas que se hacen pasar por médicos, realizando intervenciones fallidas que ponen en riesgo la salud e integridad física de las personas. También hay casos en la que son las personas que deciden actuar ellas mismas realizándose procedimientos estéticos.
Vamos a ir detallando estos terribles casos:
Inyecciones de silicona y aceite
El casode Hang Mioku entendemos es el más extremo de todos. Esta ex modelo coreana se había vuelto adicta a las cirugías, al punto que los médicos se negaron a seguirla operando. Pero eso no la detuvo y decidió inyectarse silicona en la cara por sí misma. La mujer consiguió la sustancia de la mano de un médico que conocía y, cuando se le acabó, se inyectó aceite de cocina.
Su caso se dio a conocer en 2013, cuando se supo que Hang Mioku tuvo que someterse a diez cirugías plásticas para arreglar todo el desastre. Los doctores le quitaron 60 gramos de distintas sustancias que tenía en el rostro y otros 200 gramos del cuello. Poco se sabe hoy de ella, pero las noticias más recientes señalan que, a sus 57 años, trabaja en una tienda de ropa reciclada.
Rellenos de labios de silicona
Keara, de 30 años, tenía como deseo poseer la boca carnosa de Angelina Jolie. Esta fue la petición que le hizo al centro estético al que acudió, por lo tanto, una enfermera le inyectó silicona en el labio superior. Su boca comenzó a ganar volumen, al punto de no poder tenerla del todo cerrada. Con el paso de los años, se le formaron granulomas.
Luego de que pasaran 10 años con los labios así, pudo arreglar sus labios gracias al show Botched, recuperando su sonrisa natural.
Grasa en las bolsas de los ojos
Nuray trabajaba como modelo cuando, a sus 30 años, sintió que quería verse más joven para que no la cambiaran por modelos de menos edad. Residente en Las Vegas, viajó a su Turquía natal, donde procedió a operarse. La médica le dijo que si le colocaba rellenos de su propia grasa (en lugar de los tradicionales, en general de ácido hialurónico), le durarían más tiempo. Pero lejos de quitarle años, se los sumó muy notoriamente y dejó las bolsas de los ojos inflamadas, desparejas y con mal aspecto.
Luego de la cirugía, Nuray se enteró que la profesional era una médica sin experiencia y que la usó como conejillo de indias. Después de visitar muchos doctores, los cirujanos del programa “Botched” tomaron su caso, devolviéndole a Nuray su aspecto habitual.
Silicona en la cara
Carol Bryan trabajaba como modelo y se había colocado Botox en varias ocasiones. Pero en 2009, una nueva intervención le deformó el rostro completamente. Le aplicaron rellenos faciales no autorizados que combinaban varias sustancias, entre ellas, silicona. Como resultado, la cara se le inflamó al extremo.
Además del daño estético, Bryan perdió la visión de un ojo. Luego de someterse a siete cirugías para intentar reparar el desastre, logró recuperarse. Su aspecto es muy distinto al que solía tener, pero al menos la pesadilla ha quedado atrás.