El ajo tiene infinidades de bondades y propiedades. En la Primera Guerra Mundial fue utilizado como antiséptico para limpiar y curar, y para luchar contra la diarrea que era causada por las malas condiciones sanitarias del lugar.
Puede luchar contra muchas bacterias y afecciones. Tiene acción antibiótica, antioxidante, antiinflamatoria y es considerado un protector cardiovascular.
Pasteur informó en el 1858 que el ajo puede destruir a 14 especies de bacterias, incluyendo el Staphylococcus aureus, Klebsiella peneumoniae y la Escherichia coli, que son sumamente peligrosas para la salud y producen severas infecciones.
Actúa también contra la Salmonella typhimurium, debido a que tiene alicina, el cual es un componente ideal para la actividad antimicrobiana.
Se ha demostrado que el ajo también actúa contra la bacteria Helicobacter pylory, la cual causa de la dispepsia, el cáncer gástrico y también de las úlceras gástricas y duodenales.
Los autores concluyeron que el efecto bactericida puede ayudar a prevenir la formación de cáncer gástrico.
Además podemos listar lo siguiente:
- Previene la arteriosclerosis.
- Reduce la presión arterial alta.
- Actúa contra la gripe y el resfriado.
- Ayuda a expulsar lombrices y parásitos.
- Es aliado a la disolución de cálculos renales.
- Ayuda con la diarrea.
- Es ideal para combatir la bronquitis.
- Combate las hemorroides.
- Alivia la migraña.
- Ayuda a reforzar la vista.
- Ayuda a perder peso.
- Trata los problemas de los riñones
- Alivia el catarro, la ronquera y la tos.
- Alivia el herpes.
- Combate ciertos tumores.
- Es bueno para actuar contra el reumatismo.
- Alivia los problemas de circulación.
¿Cómo usar el ajo?
El ajo como remedio natural se debe comer crudo, pues si se cocina, pierde sus propiedades.
Una forma fácil y efectiva es tomar el agua de ajo, llenando un vaso de agua y añadimos un diente de ajo picado muy finamente. Toma esa agua a sorbos durante el día, añadiendo más agua. Haz el mismo procedimiento al día siguiente.